empresa orquesta

Frecuentemente he oído por algún directivo que el funcionamiento de una empresa debería ser como una Orquesta Sinfónica: todo perfectamente coordinado y con una ejecución excelente. Pero algo me chirriaba en dicha comparación.

¿Crees que en los tiempos actuales de cambio, una empresa u organización debe funcionar como una Orquesta Sinfónica?

Yo creo que más bien lo contrario. Las características que podrían definir el funcionamiento de dicha orquesta serían:

1.- Cada uno de los componentes está obligado a ejecutar la partitura que se le ha encargado y que no ha sido escrita por él o ella. Dicha partitura podría venir de los cuarteles generales, la matriz o la central. Prohibido salirte de lo establecido. ¿Se imaginan en el concierto de fin de año en Viena, que algún violinista se levantara para improvisar? Sería su fin.

2.- Si por un momento alguien quisiera aportar algo de creatividad, ésa que surge cuando estás a pie del mercado o manejas más información que la cúpula de la empresa, serías anulado. El funcionamiento sería como el de una maquinaria. “¿Por qué cada vez que pido dos manos, me traen un cerebro?” decía Henry Ford.

3.- Además, sólo el director es quien determina qué y cuándo tocar. Sólo él puede dar paso al siguiente movimiento. Digamos que es un controlador y a la vez embudo de toda la dinámica que puede generar una orquesta.

¿Les gustaría trabajar de esta manera? Pues así es en la mayoría de las empresas, donde el jefe determina tareas, distribuye funciones, autoriza acciones y, cómo no, es el encargado de resolver los problemas y motivar al equipo.

5 características de una “empresa-jazz

empresa jazz

 

¿Pero qué pasa si la “partitura” (el mundo) cambia en mitad del concierto? ¿Esta forma de funcionar garantiza una adaptación rápida al cambio? ¿Se está poniendo en valor el talento de los músicos para innovar, improvisar y crear algo nuevo? Sencillamente ¡no!

Por otro lado, tenemos al grupo de Jazz que de forma resumida se caracteriza por:

1.- Ser una estructura flexible: se parte de una partitura, pero se deja que el grupo tenga su propia inercia y creatividad

2.- No hay una batuta: todos son líderes y seguidores. Es más, se va alternando ese liderazgo. Es el momento cuando un miembro del equipo toma la palabra para motivar, corregir o movilizar al equipo.

3.- Hay espacio para la creatividad. Es más, es el objetivo. El valor estará en la mezcla de ejecución e improvisación, la cual será tanto colectiva como grupal de manera coordinada. Respetándose unos a otros, sin que los egos estén por medio.

4.- Hay una escucha permanente. Todos sabemos que tendremos nuestro momento y que a la vez colaboraremos cuando llegue el momento del compañero.

5.- El objetivo es divertirse ejecutando e improvisando.

Como verás, son dos modelos, dos formas de organizar y trabajar en equipo. ¿Cuál crees que se adaptará más a nuestro mundo cambiante? ¿Cuál consideras que permite que todos participen, se sientan importantes y puedan mostrar sus talentos? ¿Qué tipo de orquesta o grupo hay en tu organización?

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