El absentismo no es el problema.
A pesar de los datos demoledores (según un estudio de The Adecco Group Institute en el tercer trimestre de 2023 en España, “podemos concluir, que las horas no trabajadas por absentismo equivalen a que 1.074.897 asalariados no hubieran acudido ningún día a su puesto de trabajo”), es muy posible que sigamos empeorando. Y esto conlleva numerosas consecuencias negativas en las organizaciones (privadas y públicas): aumento de los costes, sobrecarga en los compañeros que permanecen, tareas sin realizar, necesidad de contratación temporal y sin formar para cubrir dichas ausencias, etc. Y cómo no, la desesperación del pequeño y mediano empresario, o de los responsables en cualquier organización pública: colegios, ayuntamientos, hospitales, etc.
“El absentismo no es el problema.
Es el síntoma del problema”
Cuando nos equivocamos en el foco del problema, aparentemente lo resolvemos en la superficie. Hay que ir a las causas. Tenemos por un lado, el tipo de sociedad que se está generando, y por otro, las propias dinámicas de las organizaciones. Ambos son responsables.
A NIVEL DE SOCIEDAD me atrevería a tener en cuenta toda una serie de elementos:
1.- La gran Renuncia / La gran Aspiración / la gran Resignación
Tras el Covid, todo cambió. Y las aspiraciones de las personas fueron parte de ello. Si bien el fenómeno de la “Gran Renuncia” comenzó en los EE.UU. por el particular mercado laboral existente y la opción del despido libre, en España se genera un efecto perverso. Hay un deseo de renunciar al trabajo actual (según la estadística de Hays, el 77% de los españoles desean cambiar de trabajo) pero todos aspiran a cobrar la indemnización por despido, lo cual lleva a una trampa: permanecer en la empresa hasta que te echen. De ahí que en España se haya llamado la «Gran Resignación». Y una de sus manifestaciones es el “ausentismo”.
“Ausentismo:
estoy en el trabajo en cuerpo,
pero no en mente, ni alma”
2.- Mensajes y políticas del Gobierno: el empresario es el diablo
Desde hace tiempo, los últimos gobiernos y algunos de sus ministros/as han intentado demonizar al empresario. De cara a la opinión pública se les ataca, acusa, ridiculiza y se busca su minusvaloración. Sólo hay que recordar los deplorables ataques a Amancio Ortega o Juan Roig.
Pero hay una realidad insoslayable: sin empresas no hay hospitales, ni colegios, ni seguridad, ni recursos para pagar a los políticos. Todo bienestar social se sostiene en los impuestos, y si no hay recaudación fruto de los beneficios y del empleo generado por las empresas, no hay sociedad de bienestar. Y habría que recordárselo a toda la sociedad (políticos y ciudadanos) de vez en cuando.
3.- Sistema médico
Tal vez en toda esta complejidad, los médicos son una víctima más. No sé si hay algún caso donde algún médico haya negado la baja médica, al ver lo caradura y la falsa enfermedad que se argumenta en alguna ocasión. Pero ¿qué pueden hacer? No les toca a ellos ser los solucionadores del problema. A menos que haya un coste por el abuso de las bajas, se seguirán produciendo. He visto en colegios públicos hasta cuatro personas de baja en un puesto de tres personas, incluyendo a los que los sustituían.
4.- Una sociedad “desajustada”
Todos son derechos, pero parece que no hay responsabilidades. Estamos “durmiendo” a muchas generaciones a base de darles todo, sin prepararlos para la superación personal. Están en la pretemporada del partido de sus vidas, y sólo aquellos que inviertan en conocimiento, esfuerzo y sacrificio podrán aspirar a empleos más satisfactorios.
Pero además, y en línea con políticas gubernamentales, está el exigir y aprovecharse del sistema para no trabajar. La responsabilidad está en quienes dan las herramientas sin los filtros adecuados para ser justos.
5.- La competencia salarial de las ayudas
Un sistema que compite con las empresas a nivel de paga pública, desincentiva a trabajar. Pero hay dos enfoques que colisionan: o bien pagar más por parte de las empresas (y aquí hay algunas que son muy miserables) o bien condicionar el cobro de dicha paga pública, ya sea con trabajo social, negación ante el continuo rechazo de oportunidades para incorporarse al mercado laboral, etc.
En la primera opción, ¿se podrían aumentar los salarios para eliminar el atractivo comparativo de las ayudas y los subsidios? ¿Qué implicaría ello? Tal y como me comentó un directivo hotelero, “en este sector se persiguen unas rentabilidades operativas del 20% al 30% (e incluso más) según los tipos de hoteles. Me pregunto ¿qué pasaría si los hoteleros sacrificaran 5 o 10 puntos de rentabilidad en recuperar un verdadero atractivo salarial? ¿Se seguirían consiguiendo inversores para mantener actualizada la planta hotelera si los hoteles dieran “solo” un 12% o un 15% de Rentabilidad?”. Buena pregunta.
Ahora bien, toca también hacer AUTOCRÍTICA A LAS ORGANIZACIONES. En gran medida, son responsables de este fenómeno del absentismo / ausentismo.
6.- Hay grandes carencias directivas a nivel humano
Una de las mayores debilidades en las organizaciones (público y privadas) es no saber gestionar la motivación y la implicación de las personas. El reciente estudio Gallup sobre el Estado de Trabajo en España, afirma que el 90% de los empleados no están “comprometidos” con su trabajo.
Se continúa con el modelo de ordeno y mando, sin saber llegar al corazón del empleado. Cuando una persona aterriza el primer día en una organización, está llena de ilusión y expectativas positivas ante el nuevo desafío y entorno. ¿Por qué pasados unos meses dicha ilusión empieza a disminuir? ¿Qué hace o deja de hacer la organización para ir vaciando el cubo de la motivación de los individuos? Tal vez expectativas no cumplidas, falta de comunicación, burocracia, exceso de horas, ausencia de feedback y reconocimiento, malos salarios, nula conciliación, ¿sigo?
Y no digamos del liderazgo. Ponemos a médicos a dirigir organizaciones de miles de personas sin la debida formación empresarial. Políticos en empresas públicas sin haber demostrado nada en el ámbito profesional y tomando decisiones de millones de euros. Y a nivel empresa, aplicamos el “principio de Peter”: si alguien es valioso, asciende hasta su nivel de incompetencia. Ya no sube, pero tampoco baja y ello genera incompetencia desde su poltrona de poder.
En cierta ocasión un empresario me afirmó: “la gente debe venir motivada de casa”. A ello le afirmé: “Cierto. La cuestión es que no se la quites cuando entran en la tuya”.
7.- Absentismo: herramientas de protesta
Conozco un caso muy cercano de una persona, la cual estando muy comprometida con su trabajo, se ha visto obligada a coger una baja para protestar por el abuso, la desorganización y el terrible liderazgo de su jefa de departamento. Lo ha comunicado, ha aguantado, ha sufrido y su deseo es trabajar. Sin embargo, ha tenido que tomar esta dura decisión, en contra de sus valores, para poner de manifiesto la terrible situación que la organización desconocía.
8.- Modelos organizativos obsoletos
La burocracia, las eternas y poco eficientes reuniones, los departamentos silos, la falta de comunicación, la baja participación en la toma de decisiones, la desmotivación y otros muchos elementos fruto de unos modelos obsoletos con la realidad del cambio constante y de la gestión del talento, generan la alta rotación, el absentismo y el ausentismo.
¿Existen sistemas para activar la Inteligencia Colectiva? ¿Se es consciente que la motivación es fruto de permitir la participación en la ejecución? ¿Tienen los empleados retos que les hagan crecer profesional y personalmente?
En síntesis, hay una realidad que estimo seguirá existiendo y posiblemente empeorando. Tal vez algún día mejore la realidad social, pero debemos hacer autocrítica como organización y ver qué parte nos corresponde en este problema, y qué soluciones podríamos aportar. Aquí queda abierto el debate.
Grande Juan.
Gracias Juan por tu artículo, estoy totalmente de acuerdo con Maqueto.
Yo si soy empresario y me enfrento cada dia a este dilema, intento hacerlo lo mejor posible, reconocer y premiar el trabajo bien hecho, pago muchas comisiones, pero tengo personal de baja «sin motivos» mientras el medico da la baja, aunque la mutua es la que paga, no puede dar las altas, solo sugerirles, pero por lo general no hacen caso y la inspección médica no actúa.
Por otra parte, llevo casi tres meses para cubrir dos puestos de trabajo, y no se presenta ni el tato, con una tasa de para próxima al 20% y con un paro juvenil de las mayores del Territorio Nacional, no se consiguen trabajadores.
Podemos subir los salarios, pero quien está dispuesto a pagar más por todo, o es acoso España una economía capaz de tener un SMI como Francia o Alemania, ¿estamos dispuestos a pagar más impuestos? ¿A pagar por un café 4€ para tener camareros contentos?
Hay un problema vital que hay que abordar cuanto antes desde todos los hambitos, familiar, psicosocial, educativo, laboral, económico y político.
Dura realidad la que describes! Cuando un sistema permite o deja impune el abuso, se va generando una cultura en línea con ello. Pero como afirmas, hay muchos ámbitos que tocar. Y duro dato el estar casi tres meses para cubrir dos puestos de trabajo, y no se presenta nadie!
Dejémonos de milongas Juan. Y no me refiero que tu artículo sea una milonga ni mucho menos, es muy interesante.
TODO SE REDUCE AL COMPROMISO DEL TRABAJADOR.
Si te vistes por los pies y eres un tío comprometido, no un caradura, no coges bajas por estupideces. Conozco el caso de uno que estuvo de baja año y medio por una operación de menisco y otro que al salir del hospital por la misma operación cogió el coche y se fue a buscar a su hija que terminaba de entrenar. Y por supuesto, al día siguiente estaba en la oficina trabajando. El primero es un caradura y el segundo, no es un superhombre ni mucho menos, es un tío comprometido con su empresa.
Se trata de estar comprometido con la empresa y con el empresario que te ha dado la oportunidad de trabajar, progresar y ganarte la vida. Y esto le dolerá a mucho rojete «podemita» y «sumariano», pero es así. El empresario te da la oportunidad. Aprovéchala, deja de quejarte y verás como te irá mejor.
Y que conste no soy empresario. Soy un empleado COMPROMETIDO.
Un amigo
200% de acuerdo contigo! Valores y compromiso estan en tus palabras!
Espléndida reflexión, Juan. Bravo. Congrats! Un fuerte abrazo, desde San Sebastián.
Gracias Azucena! Seguro q como gran conocedora de la realidad de las empresas, veras a tus directivos sufriendo por este problema!
Perfectamente explicada la situación del absentismo. Es un problema que tiene distintas causas. Confiemos que los que tienen algo que hacer lo lean.
Mientras tanto, son las empresas las que tienen que lidiarlo día a día. Gracias
Así es. Cuando el legislador no es el que lo sufre, entonces hay víctimas que se ven impotentes.