Un jefe no tiene que motivar

En cierta ocasión un departamento de IT me planteó si les daba una charla de motivación.  Y en esta particular ocasión les dije que no iba a servir de nada. Pan para hoy y hambre para mañana. ¿De qué iba a servir si no arreglábamos lo que les estaba desmotivando?

Es frecuente encontrar culturas en empresas donde se piensa que el jefe debe motivar. Lo que debe hacer es “no desmotivar”. Y, si no, piensa. Cuando empiezas en un trabajo, ¿cómo te sientes? Seguramente motivadísimo, ilusionado, con ganas de demostrar y aportar valor. ¿Qué sucede para que dicha motivación vaya bajando y llegue incluso a convertirte en una persona con un discurso tóxico?  Veo con mucha frecuencia que queremos llenar el cubo sin tapar los agujeros. Es decir, motivar pero sin arreglar la falta de comunicación, confianza, reconocimiento, justicia, organización. Y así un largo etcétera.

Pero eso sí, estamos esperando a la convención anual de la empresa para traer un speaker motivador. ¿Cuánto va a durar?

Iniciativa para mejorar las cosas

soluciones

¿Por qué nos descargamos de nuestra responsabilidad? Y lo digo a ambas partes:

1.- A los jefes, porque su función ya no es controlar y enjuiciar, sino desarrollar y generar las condiciones para que la gente dé lo mejor para beneficio de ellos mismos y del reto en el que se encuentran. Y esto pasa por unas condiciones de participación, reconocimiento (disculpa que insista en el reconocimiento, pero es que está tan ausente en las organizaciones…), comunicación, procedimientos eficientes, etc.

2.- Y a los trabajadores, porque en ocasiones vamos de víctimas, sin iniciativas para cambiar las cosas. Eso sí, con la queja por delante esperando a que otro lo resuelva. He escuchado un montón de quejas del estilo de “yo ya se lo dije al jefe”. Pero no hay un proyecto concreto de mejora o no se ha sabido vender adecuadamente.

Un grupo “Kaizen” (mejora continua) en una Mutua de accidentes, compuesto por una persona (que no fuera jefe) de cada departamento, se ha puesto las pilas. Y en tres meses ha logrado doce mejoras de las catorce planteadas. Esto es liderazgo, intraemprendeduría e iniciativa para mejorar las cosas.

Por lo tanto, en lugar de buscar charlas motivacionales puntuales, que en alguna ocasión pueden necesitarse, debes buscar qué está agujereando la ilusión, motivación o trabajo diario de todo el equipo. Trabaja para solucionar las causas, no para arreglar los síntomas.