¿Saben por qué un indicador económico podrían ser las suegras? Expliquémoslo con una historia donde usted mismo fuera el protagonista.
Imaginemos que por circunstancias de la vida decide montar su propia empresa. No importa si es porque lleva años pensándolo, es el sueño de su vida o las circunstancias (despido o dificultad de encontrar un empleo) así lo han generado.
Una vez superada la fase de sus propias dudas y temores, consigue finalmente decírselo a su pareja. Obviemos la reacción de él o ella, pues en gran medida si está con usted es porque cree en su persona y bien sabe que si es feliz desarrollando ese reto, hará más feliz a todos los que le rodeen.
¿Pero qué sucederá cuándo su pareja se lo comente a su madre, alias su suegra? ¿Cuál será su reacción? “Dile que se deje de pamplinas y madure. ¿A dónde va ahora con esas tonterías? Lo que tiene que hacer es buscar un trabajo en un banco o una oposición” ¿Acaso no es cierto? En España, cuando hablamos de riesgo, existe una cultura rancia de aversión a emprender.
Pero cambiemos de entorno geográfico. Supongamos que vive en EE.UU., y tras haber pasado por varias empresas e intentado montar alguna con su correspondiente fracaso, decide emprender de nuevo otro proyecto. En primer lugar ¿creen que allí se le consideraría un fracasado? Ni mucho menos. Muy al contrario. Se valora a quien se arriesga y además ello tiene un valor: la experiencia.
Pero volviendo con la suegra, en esta ocasión, americana, ¿qué cree que diría a su pareja ante la idea de montar un nuevo negocio? “Anda, tú apóyale, a ver si nos retira a todos cuando se haga millonario/a”. ¡Eso sí que es una suegra!
En resumen, va a ser la reacción de nuestras suegras el indicador económico sobre la emprendeduría de un país, de su impulso para arriesgar y salir adelante.
Lo triste del nuestro y de nuestra tierra es que hay mucho/a joven que lleva una “suegra española” dentro de él/ella.
Y ya que estamos en Navidad, no olvide regalarle algo a la suya, no vaya a ser que ni trabajando en un banco, se alegre de usted como yerno.
Muy bueno Juan, de hecho en este pais, creo que si se elabora un censo de suegras tambien se descubriria que hay 40 millones, tantos como habitantes…. nuestra idiosincracia nos «obliga» a llevar siempre una dentro de nosotros.
Pero un dia comenta algo ( solo como tu sabes) sobre el fontanero que todos llevamos dentro, si si…ese que todo lo empieza y nada termina, ese que no pasa ni a la hora pactada ni para cobrar… uupps, si mal no recuerdo quizas ya hicistes referencias al asunto.
P.D: esta semana tengo obreros en casa, prefiero ir al dentista, me pone menos nervioso quitarme los 4 cordales de una sentada que aceptar a estos Señores en mi casa.
Me he reido con ganas leyendo este artículo. Tienes bastante razon…pero hay suegras y suegras.Como bien nos aconsejan preferimos una de America…
Todavía en Canarias existe la cultura matriarcal…y de eso nos diferenciamos bastante de la Península.
¡Suerte con las suegras!
Muy bueno tu reportaje Juan,
Lamentablemente estamos rodeados de «suegras»; si fuera solo la madre de nuestra pareja tendriamos que enfrentarnos solo a una persona, pero es el entorno en general, hasta el punto que dices que muchos ya incorporan de antemano su suegra interior y tristemente la mayor aspiración en España es hacer una oposición.
pero nunca perdemos la esperanza, aun queda gente como tu que nos recuerda que siempre podemos seguir soñando y nunca es tarde para triunfar.
Gracias por tu blog!