Hay tres frases que siempre he pensado que tenían mucha sabiduría escondida, y más en los tiempos actuales.
“Estamos perdidos capitán”, “No te preocupes. Sólo así encontraremos nuevos caminos”. Dicho diálogo pertenece a uno de los capítulos de la saga “Los Piratas del Caribe” y viene a ilustrar la parálisis mental de quien ha visto cómo su entorno ha cambiado y considera que ello supone estar perdido. Pero desde otro punto de vista, también refleja el positivismo, la curiosidad y la fuerza de quien lo ve como un reto, como una nueva aventura. ¿Cuánta gente ante los cambios se desconcierta, se asusta y se paraliza? Y es en esos momentos donde surgen los verdaderos líderes, aquellos que guían y contaminan de positivismo la búsqueda de un nuevo reto, de una nueva forma de hacer las cosas.
La segunda frase la escuché hace tiempo, pero parece que ha sido hecha para los momentos que vivimos: “los problemas se generan en el éxito, y se descubren en el fracaso”. Cuando los triunfos se suceden, parece que nos ponemos una venda en los ojos que nos impide ver cómo se están haciendo las cosas y en qué fundamentos se está basando nuestro éxito. Ya puede ser el éxtasis económico en el que hemos estado viviendo, o simplemente nuestro propio triunfo personal. Cuando no hay autocrítica, humildad y análisis sobre los pilares en los que basamos nuestro éxito puntual, es posible que estemos ciegos ante la debilidad, incongruencia o injusticia de dichos cimientos.
Y la tercera frase parece una contradicción: “si todo va bien, algo hemos hecho mal”. Parece que la perfección no existe en nuestro dimensión (o tal vez solo la “perfecta imperfección”). Los más viejos, o mejor dicho, los más sabios (puesto que ser más viejo no significa ser más sabio), parecen que tienen “la mosca detrás de la oreja” cuando ven algo que deslumbra, que arrasa y que desea ser imitado. El éxito ciega, y genera más hambre de éxito. Y por ello impide que miremos hacia otro lado, hacia otra realidad que nos está avisando de que hay desequilibrios que tarde o temprano pasarán factura.
Considero que la vida es una montaña rusa de subidas y bajadas. La mayoría de las personas cuando están arriba son cegadas por la soberbia y la creencia de que todo va a ser siempre así. Y cuando están abajo, el pesimismo y el desánimo les puede hacer más duro el remontar.
Tal vez la lección común de estas tres frases sea que si tenemos humildad y estamos dispuestos a aprender de todo y de todos, las bajadas serán menos profundas y las subidas serán más equilibradas y duraderas.