¿Nos suena esta escena? ¿Acaso no la hemos vivido cuando hemos ido a alguna institución pública? Parece que no existimos. También existe en alguna empresa en donde existen los llamados “reinos de taifas”: este es mi terreno y no me importa lo que les sucede a otros. Yo salvo mi trasero, y que cada uno se resuelva su problema.

¿Qué genera esto en las organizaciones? Sin duda, cuando es de cara al público es más frecuente encontrarlo en la administración pública, ya que falta una regla primordial: “acción – consecuencia”: qué importa lo que haga, si no me va a suponer ninguna consecuencia. En cambio en las empresas, tan pronto descubran que se trata mal y se pierden clientes, hay consecuencias. Pero en lo público no. ¿Hasta cuándo?

Lo curioso es que los personajes del vídeo, como cualquier persona, cuando empezaron su trabajo, comenzaron ilusionados, implicados, con ganas de hacer cosas, de cumplir con el trabajo. Pero algo sucedió por el camino. Sencillamente que el entorno, las personas, los jefes, los compañeros o el tipo de trabajo fue agujereando tu “cubo de la motivación” y el resultado es lo que bien refleja el vídeo.

¡Y cuidado si quieres cambiarlo! Tu entorno es demasiado fuerte para permitir que les dejes en evidencia. Es hora del liderazgo, de buscar cómo convencer de que otra actitud es mejor, tanto en tu nivel como a los de arriba. Y si no se puede, tal vez sea la hora de pensar en marcharse. ¿Vale la pena derrochar energía, salud y tiempo en cambiar tu entorno? A lo mejor es más útil canalizar todos esos recursos en otro entorno. Tu eliges.

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