¿Felicidad o pasión? Es frecuente leer y escuchar en ponencias que el objetivo de una empresa debería ser generar empleados felices. En una reciente sesión de trabajo con un departamento de recursos humanos mientras definíamos los OKR del próximo trimestre, éste era el propósito al que llegaba la mayoría del equipo. Hasta que su directora, lanzó la pregunta que hizo tambalear toda la reflexión llevada a cabo: ¿y no sería mejor tener empleados “apasionados” en lugar de “felices”? Aquello nos sacudió y abrió un debate de lo más interesante en cuanto a propósito de empresa.
¿Qué diferencia hay entre tener empleados “felices” o “apasionados”? ¿Qué implicaciones supone? ¿En cuál focalizarnos?
Respecto a la felicidad en el trabajo podríamos decir que la felicidad no implica necesariamente implicación. Hay mucho gandul y caradura que es feliz, porque sencillamente no da un palo al agua, unas veces refugiándose en algún organismo protegido dentro de la empresa (recuerdo algún que otro liberado sindical) y otras, abusando de una antigüedad que impide hacer un ajuste. O puede que también haya empleados donde su felicidad esté en cumplir con lo justo, sin ayudar, sin involucrarse en proyectos, sin aportar ese valor extra que hace crecer una empresa o mejorar a las personas y compañeros.
También los puede haber que sean felices por estar en su «zona de estancamiento» (prefiero llamarla así, porque hay personas que su «zona de confort» es estar aprendiendo) al no tener ninguna ambición, por ejemplo para formarse. Hay gente que está muy a gusto en esa zona donde no hay aprendizaje, ni evolución, ni ambición.
O incluso puede que la felicidad de más de uno esté en una resignación total de la realidad que vive, sin la pasión por querer cambiar, mejorar o hacer evolucionar el ecosistema en el que se encuentra. Y ellos se refleja en que se rinden al mínimo obstáculo o resistencia por parte de la organización para llevar a cabo alguna propuesta de innovación o de mejora.
Igualmente la felicidad del presente, no asegura la supervivencia en el futuro. El éxito del presente puede generar que nos durmamos en los laureles y perdamos esa ambición por seguir progresando. Son numerosas las empresas que en sus momentos más felices, generaron la soberbia y falta de humildad que les pasó factura en el futuro. Como me decía un directivo: “el problema es que nos va todo bien”.
Y ya por último, puede que haya muchos incompetentes que sean felices. El problema no es la incompetencia, sino la falta de inquietud para convertirse en competentes y buscar la excelencia.
Creo que todos estaremos de acuerdo que la felicidad es totalmente subjetiva y tiene un tan amplio espectro y que muchos tipos de “felicidad” no casarían con una organización que quiera sobrevivir, mejorar y evolucionar. La felicidad no es sinónimo de ser competente y de estar comprometido.
Recientemente, viendo un capítulo de New Amsterdam, serie que relata las vicisitudes de un Director médico para generar un cambio de cultura en un hospital público de Nueva York, pude ver cómo determinados trabajadores eran felices porque estaban totalmente olvidados por el sistema, como la persona que se encargaba de imprimir las radiografías, puesto hacía años que nadie le pedía nada debido a la digitalización. Algunos estaban felices por no hacer nada, pero el Director médico, Max Goodwin, se deshace en esfuerzos por recolocarlos en aquellos puestos donde puedan aportar valor y recuperar la pasión. Y esto les hará felices.
Tal vez por ello, un mejor objetivo para lograr sería el de trabajadores “apasionados”. ¿Qué supondría ello? Considero que una persona apasionada es aquélla que posee y transmite unas enormes ganas de hacer bien las cosas, con una constante iniciativa, superando obstáculos, buscando soluciones más que problemas, entregándose en lo que está haciendo, con un enorme interés en aprender, participando en foros y reuniones, y sobre todo queriendo mejorar el presente.
Es posible que una persona apasionada, no esté pasando por un momento de felicidad personal o profesional, pero es esa pasión la que le hará superar esa etapa y solventar los obstáculos técnicos o humanos que se lo impiden. He visto gente apasionada con graves enfermedades, pero era tal sus ganas de vivir, de ayudar, de contagiar energía, que dicha pasión era más grande que la ausencia de felicidad que tenían en ese momento.
La idea es tener gente donde su felicidad sea estar apasionado por lo que hace.
Y recordemos, quien tiene pasión por algo, de una u otra forma se siente feliz.
Hola Juan,
Que bien leerte de nuevo!!
Totalmente de acuerdo con la reflexión, lo que se necesita es PASION, y lo digo con mayúsculas porque si uno o
varios del equipo se apasionan…. se puede contagiar, trasmitir y ayudar al resto. Todo empezará a encajar alrededor.
El saber que haces y vives con pasión te hace ser cada vez más feliz.
Cierto Cristina. El reto será cómo despertar, alimentar y hacer crecer esa pasión en la gente que nos rodea! Ahí está el liderazgo humanista!
Gran reflexión Juan y gran descripción de la realidad. Lo cierto es que la pasión debería ser lo único que no
perdiéramos en el camino, porque es el impulso para seguir. Y seguir felices. Y son esas personas que desempeñan
cualquier cosa con pasión las que dejan huella en nosotros.
Así es Diana! El reto es reactivar la pasión cuando anda bajilla! Porque como dices es la energía para seguir!! Bssss!;)
Hola Juan,
Gracias por compartir tus reflexiones. Es increíble cuantas cosas van detrás de la palabra Pasión. Significa Entusiasmo, Ilusión , Querer Hacer, Esfuerzo, Resiliencia, Optimismo, Superación, … y nos aleja de otras palabras tales con Dejadez, Pasotismo, Excusas, Derrota, Quejas, Obstáculos. ..
Seguimos en contacto.
Muchas palabras van insertadas en pasión, y creo que mientras la tenemos, disfrutamos de la felicidad que nos da todo eso que has descrito!! Bravo!!
Mas claro el agua, directo, sin complejos y llamando a cada tipo por su nombre, excelente.
Gracias Antonio!!
Excelente reflexión Juan ¡¡¡
En mi corta experiencia profesional siempre he comprobado que es la pasión lo que más mueve a la gente a cambiar una conducta y a seguir a las personas en su liderazgo. Si te ven actuar con pasión en lo que haces y cómo lo explicas y lo sientes….se contagian enseguida
Gracias por tus píldoras que nos hacen acordarnos de lo importante….aunque sea simple
Coincido contigo! La pasión es lo que más mueve a la gente! Y como bien dices lo que más contamina!! Un abrazo
Querido Juan y compañía Muy feliz AÑO 2022!!
Un placer poder seguir disfrutando de tus post de nuevo.
Qué razón tienes. No olvidemos que «ser apasionado (pasión)» es una actitud y «ser feliz (felicidad)» es un mero estado del ser humano. Cualquier actitud positiva enriquece a las personas y las hace progresar; ese progreso puede desencadenar en diferentes estados: felicidad, frustración, mayor compromiso, ansiedad, alegría…
Seamos apasionados en este 2022 y mantengamos la ilusión por encima de todo.
Un abrazo fuerte
Guau mi querido amigo Carlos!! Buena diferencia: actitud y resultado!Brillante!
Un super abrazo para este 2022 que mantengamos la ilusión y su energía: la pasión 😉
Buenos dias Juan, no puedo estar mas de acuerdo con lo espuesto, que dificil hecerselo ver a la gente, mas cuando hay dinero por medio.
Saludos.
Pues habrá que clonarte Juanqui! Porque tú sí eres un dechado de pasión y compromiso!! Lo he vivido!! Un fuerte abrazo
Interesante reflexión de alguien que siempre te hace pensar a su paso. Esa directora ha dado en la diana moviendo tus propios cimientos, cosa que es de admirar, la quiero en mi equipo!
La felicidad, aplicada al ambiente laboral, depende mucho de tu estado personal en tu vida diaria, mientras que la pasión por lo q haces es lo que te empuja a seguir adelante e incluso te ayuda a compensar carencias en esa vida cotidiana. Desgraciadamente, y con la situación actual que estamos viviendo, poco importa la felicidad, la pasión o incluso la vocación, ahora solo importan los números y recuperar cifras perdidas obviando el estado de l@s trabadores, restando sus derechos y sin valorar sus virtudes amparándose en el buen nombre de la recuperación. El miedo te acecha y te elige si no das la talla mientras otr@s elegid@s viven a cuerpo de rey, saltándose todas las normas establecidas y literalmente riéndose al saberse privilegiados. Todo esto mi querido Sr Ferrer, acaba con tu pasión hasta aburrirte y es entonces cuando te planteas formarte, pero no para contribuir, más bien, para huir.
A eso lo llamo injusticia, y junto con recuperación, gobierna en nuestro día a día.
Me encantaría retarte, que sé que te puede, a conocer la visión de la otra cara, de la mejilla que recibe, la visión del trabajador apasionado o no en nuestros días y bajo las circunstancias actuales..
Potente síntesis de situaciones que se dan hoy en día. Por eso se diferencia entre empresas «con alma» y empresas «sin alma», siendo estas últimas como las que describes. O como el famoso caso dado recientemente donde un directivo despide a 900 personas por una llamada en Zoom. Se desconoce que las empresas «con alma» potencian esa pasión, la encauzan, la escucha y le da espacio para aplicarse! Queda tanto por hacer…
La felicidad es un estado mental, tú decides si mantenerte feliz por encima de todas las adversidades. El problema es que esto es muy fácil de decir, pero difícil de aplicar. Pero insisto, la felicidad es un estado mental.
La pasión te pone en marcha por algo en lo que crees, quizás en algunas ocasiones en desmedida y de forma descontrolada. Que tengas pasión por algo no quiere decir que tengas buenos resultados. En algunas ocasiones te puede llevar al fracaso, y lo digo por experiencia.
Es muy difícil en una empresa que llueva a gusto de todos. De hecho, pienso que los caraduras a los que te refieres en tu artículo no sean así por naturaleza si no que ha habido situaciones que los han llevado hasta ese punto.
Seamos sinceros, en las empresas, nadie piensa en los demás, es raro quién lo hace y cuando lo hace es porque ha cubierto sus necesidades básicas y tiene algún tipo de interés. Al contrario, hay mucho parcelismo donde cada quién cuida su cuota de poder y cómo sobrevivir siendo indispensable, somos personas con egos por encima de todo.
En mi humilde opinión hay dos términos que están por encima de los que expones y son: diversión y auto motivación.
Con relación a la diversión, nuestro trabajo nos tiene que divertir, nos tiene que gustar lo que hacemos porque de esa manera florece la felicidad, la pasión controlada, la creatividad, las nuevas ideas y el buen estado de ánimo.
Con la auto motivación logras aceptar tu situación dentro de la empresa, sea buena o mala, y te pone en marcha para adquirir nuevos conocimientos o para afrontar nuevos proyectos.
Quizás ese equipo de trabajo pudo haberse preguntado: ¿ Cómo hacemos que la gente se divierta con lo que hace?
Muy interesante reflexión Domingo! Tocas dos elementos potentísimos: la diversión y la automativación. Hay un proyecto llamado «Fun Theory» de Volgswagen que demuestra cómo con diversión la gente hace cambios incluso con mayor incomodidad! Es fascinante. Y para la automotivación abre otra reflexión que hablaremos en su momento: motivación intrínseca vs extrínseca!! mMl gracias por la potencia de tus comentarios!
Pasión, maravillosa para generar, difícil de mantener, divertida si diversificada¡¡
Jejeje muy bien enfocada esa diversidad de matices!👍
¿Y la felicidad no puede ir acompañada de la pasión? La empresa también puede ayudar a la felicidad ofreciendo mejores condiciones de trabajo y respetando su convenio. Muchos estaríamos más apasionados si lo que da el empleado es ofrecido por la empresa recíprocamente. La mayor fuente de infelicidad en el puesto de trabajo, viene por malas condiciones en el trabajo y abusos de derechos. Las facturas no se pagan con pasión desafortunadamente.
Totalmente de acuerdo Antonio. La cuestión es que estar «feliz» en la empresa, no significa que haya pasión. Hay muchos «parásitos» felices de muy diferentes formas: tóxicos, malos mandos, trabajadores que abusan de sus derechos, etc. Y estoy contigo, que lo que tiene que hacer la empresa es dar buenas condiciones, es decir, no «agujerear» o vaciar la motivación con la que se empezó en el trabajo. Por eso digo, que antes de motivar, lo que hay que hacer es ARREGLAR LO QUE DESMOTIVA! Mil gracias por la reflexión.