Día del reconocimiento

Verán, parte de mi trabajo es cambiar la cultura de las organizaciones. Cuando llego me encuentro entornos tóxicos, desorganización, falta de comunicación, ego-sistemas y, sobre todo, mucho victimismo. ¿El reto? Cambiar el software mental de dicha organización, para que ellos mismos lideren la transformación.

Uno de los cambios en el software colectivo que intento hacer es el de pasar del reproche al reconocimiento. ¿Por qué nuestra comunicación se basa un 90% (o más) en corregir y un 10% (o menos) en reconocer? Para los pesimistas y tóxicos, no digo que no haya que corregir, pero por favor, aumentemos el reconocimiento.

Pues bien, uno de los elementos más interesantes es, como les digo, meter en el sistema neuronal y en los hábitos de las personas, el pensar en reconocer el trabajo de los demás. Y el pasado viernes me dieron de mi propia medicina.

Muestra de reconocimiento ¿inesperada?

En una reunión con un gerente, una jefa de administración, la directora de RRHH y una doctora, ésta última, al terminar el repaso de los proyectos SCRUM y los diferentes “sprints” que estábamos haciendo tras un mes de trabajo, dijo:

Bueno, antes de irnos, quiero hacer un reconocimiento. Querido Juan, quisiera agradecerte y reconocerte…

Y comenzó uno de los discursos más bellos que he oído. Y sí, me emocioné. Me di cuenta que a pesar de ir por la vida implantando el reconocimiento en las organizaciones, no lo había recibido de esa manera. Callé, escuché, me fui emocionando y sintiendo un agradecimiento especial por esas palabras que todavía retumban y seguirán retumbando durante mucho tiempo.

Tomé conciencia que “nadie emborracha explicando el vino” y que debido a esta profesión muchas veces solitaria, aunque apasionante, una muestra de cariño y reconocimiento compensan y motivan a seguir incluso con más fuerza. Y si esto me ocurre a mi, que no tengo ningún jefe tóxico, cómo hará sentir un reconocimiento a cualquier mortal.

El Día del reconocimiento

Si bien, en los cambios que vamos haciendo, ya planteábamos el reconocimiento en las reuniones “daily-scrum” como parte del guión individual y grupal de las sesiones, creo que deberíamos dar un paso más e instaurar el “DÍA DEL RECONOCIMIENTO”.

Consistiría en día fijo al mes, donde cada departamento de forma alternativa, debería recordárnoslo como ellos quisieran: un vídeo, una newsletter, carteles, etc. Ese sería el reto. Y cada persona, debería pararse ese día, y pensar: ¿a quién debería agradecerle su ayuda, implicación, apoyo o esfuerzo en este mes?

Y manifestarlo con absoluta libertad y de la forma más original que deseen: un post-it, un email, un libro, un regalo, un desayuno, da igual.

Ahora bien, aquí puede haber algún problema. ¿Qué sucedería si alguna persona no recibe ningún agradecimiento? Pues me atrevo a dar dos consejos:

– que se lo haga mirar 😉
– y que, igualmente, felicite, que dando cariño también recibiremos nuestra dosis en el futuro.