Tengo una fantasía. Leer algún día en un periódico el siguiente anuncio: “No se busca líder. Se busca creador de líderes. Enviar CV”.
¿Qué les hace pensar esto? Nuestra cultura y nuestros modelos de organización, ya fuera religioso, militar o empresarial, se han basado en estructuras piramidales de poder. Unos pensaban, y el resto obedecían y ejecutaban.
Tampoco había que pensar mucho, puesto que estaba todo establecido. Llámese objetivos, procedimientos y formas de trabajar. El empleado era como un mecánico en una fábrica, realizando tareas más o menos repetitivas.
Pero de repente llega el cambio, el salvaje y nada compasivo cambio, y nos introduce en una época donde la velocidad, los modelos y los paradigmas cambian exponencialmente. ¿Tenemos una organización que pueda adaptarse a esta velocidad? Porque está comprobado que las organizaciones que florecen y sobreviven ya no son las más grandes, sino las más rápidas.
El nuevo liderazgo: crear líderes en la organización
Entonces, ¿qué tipo de líderes buscarán las organizaciones? Sabiendo que el liderazgo unipersonal genera acomodamiento, castración del talento, efecto embudo y lentitud en la respuesta, el nuevo liderazgo va a exigir lo contrario: crear líderes a lo largo de la organización.
Y ellos significa crear gente responsable, con iniciativa, sin victimismo, con capacidad de intra-emprendeduría, y con ambición colaborativa. Y no esta guerra de departamentos aislados tan frecuentes en todo tipo de empresas.
Como me decía un miembro del departamento de RRHH del Grupo Vips tras compartir esta reflexión: No hay que formar en liderazgo a los nuevos jefes recién nombrados, sino a los que entran nuevos a trabajar.
Cierto. Sólo así se podrá cambiar una cultura burocrática y lenta en una organización de gente implicada, conectada y responsable desde el nuevo liderazgo colectivo.
Por lo tanto, en tu empresa ¿vas de líder o de creador de líderes?
La teoría es bonita, pero ¿has pensado en si un Sistema dado puede asumir el potencial creador de todos sus «individuos líderes» sin desintegrarse? Yo no estoy seguro. Hay organizaciones que pueden cambiar rápido, pero otras no tanto. Me imagino una jaula con un hámster corriendo de aquí para allá y dándole al rodillo… pero siempre dentro de la jaula. Habria necesariamente que limitar algunas innovaciones… porque no se puede hacer todo lo que los «individuos líderes» plantearian con su pensamiento creativo; por lo tanto generarías frustración y finalmente competencia entre los individuos que forman el sistema. Está claro que aunque el Sistema se desintegrase, el proceso resulta mucho más enriquecedor en todos los aspectos, pero… ¿el Sistema mayor al que pertenece nuestro supuesto sistema puede asumir todo lo que implica el potencial creador de todos los «sistemas líderes» que lo conforman sin desintegrarse?
Me parece una brillante reflexión. El reto es crear un sistema que canalice adecuadamente y priorice de forma clara la selección de innovaciones y fijar las expectativas de la gente. Es como decir, si podemos expresar todo el talento de grandes jugadores de futbol en el mismo equipo. Pues habrá que crear un sistema adecuado de organización, comunicación, ejecución, priorización que permita exprimir y poner en valor todo el talento. Si no, como bien dices, se puede frustrar a la gente. Pero sí creo, y he visto que se puede! Ojalá fuera ese el problema 😉