Hay mucha gente que anda buscando la felicidad. Y para ello, no hace sino buscar fuera lo que no son capaces de encontrar dentro de ellos mismos.
Pero luego están los que no paran de buscar dentro de ellos mismos, y se meten en una vorágine de cursos, seminarios y terapias. Sin duda a algunos les será de utilidad, pero es frecuente encontrar en ellas al típico “maestro” o “director espiritual” que se eleva por encima del bien y del mal, y establece el camino, los ritos y las lecturas a leer en ese “camino”.
Pero hay algo que falla cuando aplicamos un principio realmente destructor de falsos líderes espirituales: “el buen maestro es aquel que te enseña a no necesitarle”. Y es aquí en donde está la madurez de la persona, en la propia conciencia del poder de uno mismo.
Tal vez, en lugar de buscar conocimiento, respuestas o técnicas, lo que tendríamos que hacer es ser sinceros con nosotros mismos y dedicar tiempo a buscar y reconocer lo que realmente nos está quitando la alegría.
Para algunos será un trabajo, para otros una relación o un entorno familiar y para más de uno, un cúmulo de creencias que le han impedido vivir la vida. Como decía un hombre de pueblo muy sabio: “ustedes los de ciudad, se complican la vida y se les ve ansiosos, e insatisfechos. Y luego buscan terapias para curarse. Nosotros los de pueblo, somos sencillos y no nos complicamos la vida”.
Dicho de otra manera, es como si quisiéramos volar más alto, y para ello, buscamos la forma de dar más potencia a los motores a la vez que acumulamos cosas en nuestro avión, cuando posiblemente, lo que hay que hacer es lo contrario: aligerar la carga que llevamos, una veces elegida, y otras permitida bajo la excusa del miedo o del remordimiento de conciencia.
En definitiva, empleemos nuestra sabiduría en buscar lo que nos genera tristeza, nos hunde o nos limita. Calculemos cuánto estimamos vivir y veamos si queremos seguir así por el resto de nuestros días.
Al final, nosotros tenemos que ser nuestros propios maestros, porque la Sabiduría ya existe. Sólo toca observarla y descubrirla.
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¿TE ATREVES A RESPONDER?
– ¿Cuánto tiempo te dedicas a descubrir la Sabiduría que llevas dentro?
– ¿Qué ganarías si la encontraras?
– ¿Qué sigues perdiendo mientras no la encuentras?
¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.
Pues seria algo asi, mucho invertimos en cuidar demasiados aspectos academicos, laborales, esteticos y se nos olvida tener flores por las que vivir….
No se si me entiende, pero es mu temprano, y hoy tengo que comprar mucho arroz, el mejor y el mas barato, que es a lo que estoy obligado.
Creo, y por la edad que tengo creo que cada vez me equivoco menos, que no es mas feliz el que mas tiene, sino el que menos necesita. Pensemos, razonemos y no nos dejemos llevar por la voragine de este mundo de locos, no digo que nos vayamos a un pueblo a vivir, hariamos una ciudad de nuevo, sino que dentro de cada micro mundo, dentro de cada republica independiente de nuestras vidas, menos sea mas, mas amor, mas cariño, mas atencion a nuestros mayores, mas principios morales y eso dando lo minimo, el estar ahi en cada momento. Ya ves es muy facil decirlo ahora hay que aplicarlo. Suerte muchach@s.