Juan Ferrer

En un artículo de la Havard Business Review se muestran las conclusiones de un estudio acerca de los diferentes tipos de líderes que dirigen las escuelas británicas. De aquí se pueden extrapolar dichas conclusiones a los tipos de líderes que llegan a las empresas y marchan tras un cierto tiempo. Así como los pobres o transformadores efectos que dejan tras su marcha.

El estudio se pregunta por qué en el año 2012 el Reino Unido era el 8º presupuesto de los 34 países estudiados de la OCDE, pero ocupaba el puesto 19 en matemáticas, el 14 en ciencia y el 16 en lectura. Entrevistaron a 411 líderes de las escuelas públicas del Reino Unido. El resultado de estas entrevistas es que estaban reconociendo y premiando a los líderes equivocados.

Encontraron 5 tipos de líderes, pero sólo uno era verdaderamente efectivo. Lo curioso es que era el menos reconocido y premiado. Aunque hacía un gran trabajo, los resultados no se veían en el corto plazo. Sin embargo, eran los únicos que desarrollaron un tipo de escuela en la que los resultados de los exámenes de último año continuaron mejorando largo tiempo tras su marcha.

Los 4 tipos de líderes +  1

A continuación resumiré cómo el estudio los conceptualiza (cirujanos, soldados, contables, filósofos y arquitectos) y qué paralelismo se encuentran con directivos que llegan a una organización y la abandonan tras un cierto tiempo.

1.- Cirujanos: A brillar

cirujanos

Este perfil identifica rápidamente lo que no está funcionando y se focaliza hacia el principal indicador de éxito: cómo mejorar los resultados de los exámenes de final de curso.

Consideran que las escuelas fallan porque los estudiantes no están trabajando bien. Remueven a los de más bajo desempeño, haciendo trabajar más duro al resto y poniendo a los mejores profesores para los de último curso, mejorando así los resultados. “No podemos ayudar a todos”, afirmaba un “cirujano”.

No sorprende que los resultados mejoren en el corto plazo. Sin embargo, no duran en el tiempo. Después de que los “cirujanos” marchan, los resultados vuelven a como estaban, principalmente porque los jóvenes estudiantes habían sido ignorados. Y el Cirujano se mueve a por su próximo paciente.

En las empresas (y cómo no, en los cargos públicos) podemos encontrar este tipo de liderazgo y gestión. Llegan para brillar, no para transformar ni desarrollar. Deciden hacer recortes y eliminar aquello que les resta en los resultados actuales, sin tener en cuenta el medio o largo plazo.

¿Por qué? Ellos ya no estarán para pagar las consecuencias de dichas medidas. Pero, eso sí, de cara a quien los contrató son brillantes. Sin embargo, están haciendo tierra quemada para el futuro, al hacer cambios que tienen consecuencias negativas más adelante, cuando ellos ya estén con su próximo “paciente”.

2.- Soldados: A reducir costes

soldados

A los “soldados” les gusta la eficiencia y el orden. Ellos odian el derroche y creen que las escuelas entran en problemas porque son ineficientes, perezosas y derrochan el dinero público.

Gestionan una escuela de forma similar a un gran proyecto de IT. Y creen que si ponen el foco en los costes y fechas de entrega, el resto se arreglará por sí mismo. Reducen gastos en personal y en actividades no esenciales, automatizando procesos y utilizando suministros más baratos.

Además, amenazan al personal recordándoles que son afortunados de tener un trabajo y necesitan empezar a trabajar más duro. La motivación cae puesto que hay un clima de miedo y de incertidumbre.

Cuando el “soldado” se mueve a otra misión, la estructura que deja detrás se ha debilitado y deben incrementarse los costes, puesto que las inversiones fueron pospuestas.

Igualmente sucede en aquellas empresas donde se pone el foco únicamente en lo financiero. Un ejemplo sería exprimir al equipo de ventas, reduciendo su número para ahorrar costes. No tienen en cuenta a las personas, ni sus ideas, ni el futuro. El objetivo es reducir costes y, cuando marchan, no hay proyecto ni motivación.

3.- Contables: A invertir

contabilidad

Los “contablestratan de hacer crecer sus escuelas focalizándose en los ingresos. Consideran que las escuelas entran en problemas porque son pequeñas y débiles. “Si fuéramos más grandes, seríamos más fuertes”. Se centran en incrementar ingresos y hacer una escuela más fuerte, mirando nuevas fuentes de recursos.

Los ingresos aumentan espectacularmente, pero los resultados de los exámenes permanecen igual, puesto que no es su foco.

Al igual que los “soldados”, tienen objetivos financieros, sin transformar, ni hacer crecer los resultados en el área principal del negocio. Son cortoplacistas, de ahí que el objetivo empresarial (que puede ser ventas, desarrollo de software, etc.) quede incluso peor que antes de su llegada, aunque la cuenta de resultados haya mejorado, en este caso en el área de ingresos.

4.- Filósofos: Descubriendo la piedra filosofal

Biblioteca del pensamiento

Los “filósofos” son apasionados de enseñar y aman el debate. Consideran que las escuelas fallan porque no están enseñando a los estudiantes debidamente. Ellos se ven a sí mismos como experimentados profesores, más que líderes.

Pasan más tiempo con otros profesores discutiendo sobre métodos de enseñanza que gestionando el centro. Pero nada cambia. Los padres no están comprometidos, los estudiantes se siguen comportando igual y los resultados (financieros y los propios de los exámenes) siguen igual. Cuando se les pregunta, afirman que “estas cosas llevan tiempo. Enseñar es un arte”.

Este es el típico caso de quien ama una parte de la empresa, puesto que es experto en esa disciplina, ya sea ventas, tecnología, financiera, etc. Decide mejorar dicha área volcando todo su expertise y olvidando el resto de departamentos que tienen que buscarse la vida.

Al abandonar la empresa, el resultado es casi peor, puesto que no ha generado un equilibrio ni una mejora global.

5.- Arquitectos: Rediseñan, transforman, focalizándose en el impacto a largo plazo

arquitecto

Según el estudio, los directores a los que denomina “arquitectos” son los únicos líderes con un impacto real en el largo plazo al rediseñar la escuela y transformar la comunidad de forma continua y sosegada. Son humildes y visionarios. Y entienden que las escuelas fallan porque están pobremente diseñadas o no sirven a la comunidad local.

Consideran que lleva tiempo mejorar una escuela, Y, por lo tanto, toman una visión a largo plazo de lo que se necesita hacer:

– Se focalizan en mejorar el comportamiento de los estudiantes, incrementando los recursos y mejorando la enseñanza (introduciendo coaching, mentoring y programas de desarrollo).

– Buscan la colaboración con organizaciones locales que aporten valor a los estudiantes.

– Toman en cuenta a toda la comunidad.

– Tienen un visión holística 360º.

De alguna manera combinan la mejor parte de los otros líderes. Pero hacen cambios de diferente forma y por diferentes razones: buscan transformar a los estudiantes y a sus comunidades.

Los resultados se incrementan lentamente. Y seguirán mejorando mucho después de su marcha. Son visionarios y héroes anónimos, más que líderes. Y están más comprometidos con el legado que dejan que con que las cosas brillen mientras ellos están allí. Como dijo un “arquitecto”: Nadie debería darse cuenta cuando abandono la habitación”.

Una mirada desde fuera

¿Cuántas empresas necesitarían este tipo de liderazgo? Ciertamente hay que dar resultados a corto plazo para garantizar la supervivencia. Pero, ¿a costa de qué? ¿Nos focalizamos en brillar y presentar unas cuentas que nos hagan ser reconocidos o a ello le añadimos un esfuerzo para que la organización siga creciendo tras nuestra marcha?

Hay una reflexión interesante que añade el estudio: La mayoría de los “arquitectos” no eran propiamente profesores, sino que habían trabajado fuera de la enseñanza durante 10 o 15 años.  Y ante la expresión “Tú no puedes dirigir un colegio si no has estado enseñando durante 20 años”, quedaba mostrado que no era así.  

¿Has conocido a algunos de estos tipos de líderes a lo largo de tu carrera profesional?