liderarse uno mismo

Andamos en esta sociedad buscando líderes que nos aporten soluciones, que generen un mejor mundo, y que resuelvan los problemas de los cuales somos víctimas. Pero permítanme una simple pregunta: ¿estamos siendo líderes de nosotros mismos?

Esta simple pregunta viene a resumir otras muchas que podríamos plantearnos:

  • ¿A quién le echo la culpa de mis penas?
  • ¿Cuánto tiempo llevo quejándome?
  • ¿Quién es el guionista, director y actor de la película de mi vida?
  • ¿Cuánto tiempo llevo en mi zona de “disconfort” acomodado y sin nada que hacer?
  • ¿A qué miedos todavía no soy capaz de enfrentarme?

En definitiva, ¿estoy siendo líder o víctima de mi vida?

Tu primera misión: ser líder de ti mismo

liderarse uno mismo

Porque ser líder es gestionar cambios. Llevarte de la zona A (donde estás ahora mismo) a la zona B (donde te gustaría o te mereces estar). Y ser líder supone salir de tu zona de confort (o disconfort acomodado) de «forma voluntaria».

La mayoría de las veces la vida se encarga de sacarte: un despido, una ruptura, la pérdida de una persona, etc. Es una sacudida que te obliga a aprender nuevas habilidades o a cambiar tu forma de pensar. Pero si no estás entrenado, el quiebre puede ser muy importante y pagar una alta factura por ello.

Sin embargo, si asumes tu responsabilidad en relación a tus propias circunstancias, y te das cuenta que debes ser líder de ti mismo, lo que supone dada la coyuntura actual, aprender, evolucionar, adaptarse, cambiar, ser mejor persona, mejorar constantemente como profesional, y sobre todo, autogestionar tu propia felicidad, entonces, podrás sobrevivir y hasta disfrutar del mundo que viene.

Porque la otra opción, es decir, estar acomodados, no evolucionar, no leer, no buscar, no crecer, tal vez valía en un mundo estancado, pero esto se acabó. Como decía un antropólogo en una reciente charla que asistí, «estamos en una época de exterminio debido al cambio continuo». Quien no se adapte o evolucione, quedará al margen. Sí, es duro, pero es lo que nos ha tocado vivir. Posiblemente nos cueste más por nuestro acomodamiento a que nos den unas reglas de funcionamiento, unas creencias fijas que no debemos cuestionar y unos líderes a los que encargar nuestras mejoras.

Ahora toca responsabilizarse de nosotros mismos. ¿Cuántas quejas oigo a base de echar la culpa a otros? Y sin embargo, hay personas que viviendo en las mismas condiciones o peores, han sabido salir para adelante, o cambiar la situación, o crear un «microclima» dentro de esa situación que les hace crecer y ser mejores. ¿Realmente sabemos ser gestores de nuestra vida y nuestras emociones?

Entonces podremos mirarnos al espejo y decirnos:He cumplido mi primera misión en esta vida: ser líder de mí mismo”.

Y así podremos pasar a la segunda…

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