“Nuestra aspiración debe ser competir con Finlandia por el primer puesto en Educación y con Suiza en eficacia. Lo contrario es tener espíritu de perdedores. El cambio requiere tiempo, por eso nos podemos permitirnos el lujo de esperar más”, dijo el presidente de Domingo Alonso, Sergio Alonso, quien tomó la palabra para exponer algunas medidas a incluir en esa ‘Hoja de Ruta ante la crisis’.
“¿Queremos aspirar a los primeros puestos en lo económico, en lo cultural, en la defensa de los derechos democráticos, en el terreno de la ética, o por el contrario, hacia la falta de competencia e incentivos, hacia el inmovilismo, el partidismo radical, hacia el desprecio a la inteligencia y a la protección de la incompetencia? Yo me apunto a la dirección del desarrollo, sin más calificativos. No olvidemos que la riqueza no puede repartirse si no existe”.
En su intervención, Alonso abogó por una reforma electoral para impulsar las listas abiertas, y especialmente una profunda transformación del funcionamiento de las administraciones públicas, desde la Reforma del Senado hasta la lista de condiciones para ocupar cargos públicos, pasando por una mayor transparencia y uso de Internet, la congelación de los presupuestos de personal, la privatización de los servicios ineficientes, límites a la política de subvenciones, etcétera.
“Es ya hora de reformar el Senado, cambiar la ley electoral para impulsar las listas abiertas, ampliar la lista de condiciones para ocupar cargos públicos de relevancia, entre ellos limitar la presencia en el Parlamento Nacional de personas cuyos ingresos dependan del Estado, que en España es del 70%. En el Reino Unido está prohibida la participación de los funcionarios, por considerarla incompatible, y en Suiza otro tanto de lo mismo ¿Cómo se van a reformar las Administraciones Públicas con un Parlamento así compuesto?”, cuestionó.
El también miembro del Círculo de Empresarios de Gran Canaria, propuso congelar los presupuestos de personal de todas las administraciones públicas a excepción de Justicia, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Defensa. “No se puede bajar el sueldo a los funcionarios y al mismo tiempo seguir contratando más personal. Mi propuesta concreta es: congelación de las partidas presupuestarias, y a medida que se vayan liberando puestos, utilizar ese dinero sobrante para dedicarlo a fomentar la eficacia en los organismos públicos, favoreciendo económicamente por medio de incentivos a los funcionarios responsables, que sin duda los hay”, argumentó.
Alonso abogó también por “cambiar la legislación para simplificar los procedimientos administrativos, evitando la duplicidad de funciones y la maraña de leyes que nos sumergen de tal manera que provocan corrupción”. En este contexto propuso implementar “unos equipos de inspección de probada honestidad y capacidad, bien remunerados, que son los mejores garantes del servicio a los ciudadanos, permitiendo suprimir una cuantiosa e inútil burocracia”.
La normativa laboral, pese a la recién aprobada reforma, fue también una de las claves expuestas por Alonso. “Tenemos que lograr una reforma laboral seria, porque el inconveniente de la fórmula actual es que nos hará sufrir las desventajas de la presión sindical sin haber logrado un mercado laboral competitivo con el resto de Europa”.
Puso como ejemplo el caso de Suiza, primer país del ranking de competitividad con uno de los sueldos más altos del mundo, con una tasa de paro del 3,6%, y donde el despedido sólo tiene derecho a 30 días sin explicación alguna. “Es evidente que el tutelaje que se practica en España no es útil para nadie, por mucho que queramos disfrazar esta realidad”. “No podemos seguir fomentando la mediocridad, aprovechemos a los buenos profesionales, que hay muchos, y no protejamos a los incompetentes, con unos sistemas y unos sindicatos dedicados a la protección de la ineficacia”, dijo.
En materia turística, tildó de “asombroso” lo poco que se “respeta” a la principal fuente de ingresos del Archipiélago. “Dejemos de proteger a quien no cumple con las más elementales normas. Si los Ayuntamientos no cumplen en limpieza, en seguridad, en desarrollar los planes urbanísticos, etcétera, que se les quiten las competencias. Lo contrario es un lujo que no nos podemos permitir”.
Entre otras propuestas que “no pueden esperar más”, Alonso habló del cheque escolar y sanitario para incentivar servicios de calidad, de investigación sujeta a resultados, de conseguir que “nuestras Embajadas sean los mejores vendedores de nuestros productos”, de “acabar con la abultada economía sumergida, que es la parte menos solidaria de la sociedad, y que sin embargo, se contempla con cierta simpatía”, etcétera.
Cuestionado por su receta para afrontar la crisis a corto, medio y largo plazo, Germán Suárez, presidente de Astican, abogó por una mayor implicación en las organizaciones empresariales. “La voz individual no hace nada y nos retrotrae al sistema del pasado. Eso pudo funcionar, pero ahora ya no”. En ese sentido reclamó que la clase empresarial tenga “el peso que se merece, haciendo valer sus proyectos e indicando el camino que se debe llevar”.
Juan Miguel Sanjuán, presidente de Satocan, recordó que aquello que fue válido hace 40 años ya no lo es y abogó por los cambios legislativos y la disminución de la carga burocrática para aportar competitividad al sistema económico. “Debemos estar abiertos a otras iniciativas, tradicionalmente hemos sobrevivido sobre la base de monocultivos, primero la cochinilla, luego los plátanos y después el turismo. Una sociedad abierta y moderna debe desarrollarse en diversidad de sectores”, añadió.