mando intermedio¿Qué se le puede pedir a un mando intermedio? ¿Son conscientes las empresas del enorme valor de este puesto, así como de sus dificultades? ¿Son meros gestores o puede ejercitar algún tipo de liderazgo?

Posiblemente muchas de estas cuestiones jamás se la hayan planteado ni a título individual ni como empresa. Sin embargo, esta figura es clave por el lugar y las funciones que ocupan.

En primer lugar están en medio entre los que mandan y los que ejecutan. Esto se traduce en experimentar dos retos a nivel humano: cómo gestionar las relaciones con sus jefes (lo cual puede ser tremendamente difícil) y hacer cumplir (a veces a sus antiguos compañeros) las órdenes que se establezcan.

En segundo lugar está la enorme cantidad de habilidades que se les exige en el puesto. No sólo deben tener una preparacion técnica adecuada, sino que deben gestionar personas. ¿Quién, habiendo sido nombrado mando intermedio, se ha formado en gestión de personas (inteligencia emocional, coaching, aprender a escuchar, saber implicar, diagnosis y gestión de equipos, etc.)? Creo que muy pocos. Hay más bien un complejo de querer aparentar que todo se sabe y de falta de humildad para aprender habilidades incluso de cómo gestionarse uno mismo en cuanto a tiempo y estrés se refiere.

A todos nos gusta ser jefes, pero ¿cuántos saben hacerlo realmente bien? Por ejemplo, ¿cuál es el gran premio para un gran vendedor? Hacerlo jefe de vendedores. Y ¿qué puede suceder? Pues que hemos perdido a un gran vendedor y hemos ganado a un mal jefe, ya sea porque no se le ha formado como tal o su perfil no cuadre con dicho puesto.

El mando intermedio debe hacer que las cosas se hagan, pero a la vez implicar a la gente y sacar el mayor provecho de sus dos activos más importantes: su talento y su tiempo.

Y aquí viene la última pregunta de este breve artículo. Los mandos intermedios ¿deben ser gestores o líderes? Antes de aclarar la diferencia entre estos dos conceptos, permítanme complicarlo aún más: gestión sin liderazgo es estancamiento y liderazgo sin gestión es caos.

Gestión es organizar la complejidad, es decir, hacer que la empresa funcione. Ello supone planificar, dirigir, controlar, etc. Pero ¿qué sucede si sólo gestionamos? Seguramente que nunca estaremos atentos a adaptarnos o adelantarnos a los futuros cambios, con lo cual nos quedaremos fuera del mercado como empresa y/o como profesional.

Y es aquí donde aparece el liderazgo. Ejercer como líder no es gestionar personas, ni ser quien obtiene mejores resultados, ni el que tiene más poder o más experiencia. Ejercer el liderazgo es gestionar el cambio. Si no hay cambio no hay liderazgo. Y si no, preguntémonos ¿por qué no hay líderes en las empresas o en la sociedad? Porque proponer o poner en marcha un cambio es peligroso, pues automáticamente surgen los enemigos, desde el administrativo que se resiste a variar su forma de trabajar, hasta quienes pueden perder poder en el consejo de administración. Por eso es mas cómodo gestionar. No se molesta a nadie.

Reconozcamos pues el valor de los mandos intermedios, auténticos gestores de la empresa, con dos asignaturas pendientes: saber gestionar personas para sacar lo mejor de ellas, y ser impulsores del cambio tanto hacia arriba como hacia abajo.

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