15m-1Los primeros pensamientos que vinieron a mi mente cuando comenzó todo este movimiento del 15M fueron: “se veía venir” y “ya era hora”. Hace no mucho tiempo un buen amigo me recomendó el libro “Sistemas emergentes o qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y sotware” de Steve Johnson. Y así fue cómo encontré la relación entre dicho movimiento y el moho de fango.

Por introducirles en el fenómeno que han “copiado” (si ellos me lo permiten) los integrantes del 15M respecto al moho, éste es un organismo unicelular que se mueve independientemente de sus otros compañeros. Sin embargo, bajo las condiciones adecuadas, se producirá la unión de esas células en un organismo mayor. Por el contrario, si el entorno es menos favorable, el moho de fango se comporta como un organismo aislado.

Hasta aquí nada anormal de cualquier otro fenómeno de agrupación. Pero he aquí  la diferencia. Siempre se pensó que la aglutinación de los organismo unicelulares estaba ordenado por algún tipo de célula “jefe”. Tras años de investigación detectaron que no existía ninguna célula “superior”. Todas las células eran iguales.

Los experimentos probaron que las células del moho de fango se organizaban desde abajo, por medio de la segregación de una sustancia llamada AMPC (lo que seria en nuestro mundo las «redes sociales») sin necesidad de seguir a ningún líder. Esta agregación es reconocida como un caso clásico para el estudio de la conducta ascendente o “bottom-up”, los cuales extraen su inteligencia desde la base. Otros ejemplos son las hormigas, las cuales piensan y actúan localmente, pero su acción colectiva produce comportamiento global. O los habitantes que crean barrios, autorganizándose a partir de millones de decisiones individuales.

Lo que une a estos distintos fenómenos es una misma forma y patrón : una red de autoorganización, de agentes dispares que crean un orden de un nivel superior sin proponérselo.

En la mayoría de nuestros entornos existe un sistema de ejecución descendente. Es decir, hay alguien que piensa, y otros que ejecutan. Tal vez esto sirva en entornos estables, cuando existe un nicho empresarial o la sociedad está blindada a los cambios.

15m-3Pero ¿qué sucede si en nuestro entorno todo cambia y a una velocidad endiablada? ¿Qué sucede cuando quienes dirigen están alejados de la realidad o vienen abusando de su poder?  ¿Dónde está o dónde hay que generar la emergencia en nuestra sociedad? Podríamos concentrarnos en dos entornos. En primer lugar en la empresa, donde en la mayoría de ellas, el modelo jerárquico es más rígido y paraliza el cambio y la adaptabilidad. El desarrollo de un sistema emergente permitiría a cualquier empresa adaptarse a los cambios que vamos a vivir para el resto de nuestros días.

Y en la política que es el tema que nos atañe, cualquier manifestación convocada sin un líder visible entraría en este fenómeno. Grupos pequeños reunidos para citas ocasionales con el objetivo de mandar un mensaje a la sociedad y/o dirigentes. Y aquí es cuando deberá surgir un nuevo liderazgo casi constante y del día a día  para poder reunir a los “organismos unicelulares” y no el que te dan las urnas por un periodo que puede convertirse en una dictadura o en una cadena de decepciones.

La emergencia ya ha empezado. Un ejemplo es el movimiento 15M. Y si tuviera que concluir este artículo con una frase que incluso podría haber sido el título, dejaría esta sentencia para la posteridad: “Movimiento 15M: primer aviso a los políticos”

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