
“El que paga con cacahuetes, se rodea de monos”
¿Qué nos dice esta curiosa frase? Cuando uno habla con empresarios, gerentes o directores de empresas, a todos se les llena la boca afirmando que el “capital humano” es lo más importante en las empresas.
Sin embargo, los hechos demuestran que hay una gran incoherencia. Unas veces el salario “económico” y otras el salario “emocional” (o ambas a la vez) hacen que en las empresas haya “monos” o la gente actúe como “monos”.
Si queremos atraer y mantener el talento, es decir a las personas capacitadas e implicadas, eso hay que pagarlo. Y existen varias formas de hacerlo.
Una es la económica. A veces se racanea un aumento de salario, que más que la cantidad, lo que importa realmente es el reconocimiento de esa valía, dedicación y buen trabajo hecho durante los años. En otras ocasiones se paga insuficientemente y bajo esa cultura la gente valiosa se marcha en cuanto tiene oportunidad.
¿Y en el aspecto emocional? ¿Qué ambiente predomina en la empresa? Se ha comprobado que un buen clima en la empresa genera mayores beneficios. Parece que la comunicación, confianza, respeto y el reconocimiento del trabajo se dan por hecho. Pues no. La gente necesita reuniones para compartir problemas, sentirse escuchada ante algún conflicto, y sobre todo, ser reconocida por el esfuerzo y por los sobreesfuerzos que no se pagan con dinero. ¿Lo hacemos?
Y respecto al rendimiento, ¿por qué suele estar en lo más alto al empezar y va decreciendo con el tiempo? Esto me recuerda al capitán de un barco que le preguntaron qué era lo más valioso de su barco. Y él sin dudarlo afirmó: “el motor”. Y ante esa seguridad, se le volvió a preguntar: “¿y cuántas veces baja a revisar cómo está cada pieza de lo más importante de su barco?” Y fue entonces cuando quedó callado y sin saber dónde mirar. La respuesta era “nunca”.
¿Nos hemos sentando alguna vez a solas con cada miembro del equipo, para preguntarles cómo se sienten, qué necesitan para implicarse, qué ideas tienen o qué harían para mejorar la empresa?
Sigamos pagando con cacahuetes, y nos rodearemos de monos.
…me confieso que no lo he hecho pero estoy aprendiendo porque lo estoy aplicando ahora y funciona…no se por cuanto tiempo, seguramente tendré que corregir otras muchas cosas pero, si funciona para mi (por mi, a nivel de autoayuda y de lo que yo quiero para mi), como puedo hacer distinto haciendo lo que no me gusta para mí a otros; es por ello que funciona, así que tod@s a mejorar, que por poquito que avanzemos individualmente, quien si lo notará, y mucho, será nuestro entorno…y esa bola se irá haciendo cada vez más grande y satisface verla mejorar…
gran frase….. abandone una empresa despues de 15 años por que me sentia mono, y la verdad que no me gusta los manises (cacahuetes), si te casa con un mono, no te quejes por el olor de los platanos, me alegro haber encontrado en tu blog esta gran frase 😉
¡Tienes toda la razón! a ver si en España se empieza a aplicar el modelo americano de MOTIVACIÓN en el trabajo (y en la vida). La MOTIVACIÓN en la escuela. El trabajar con la educación emocional, el sacar lo mejor de un@ mism@. Para el buen funcionamiento de la empresa y lo más importante: el buen funcionamiento de la PERSONA.
De ahí que habría que desarrollar en las empresas un DEPARTAMENTO DE MOTIVACIÓN, que tal vez lo único que haría sería enseñar a los jefes a… NO DESMOTIVAR!!!